10 consejos para tener cerdos vietnamitas de mascota

  1. Un buen origen. Los cerdos vietnamitas que tienen madres dóciles y que han sido destetados correctamente suelen ser más sociables y aptos para mascotas en casa. Si los cerdos vietnamitas presentan un destete prematuro pueden tener conductas a medio plazo, y si han sido criados de un modo salvaje, totalmente en libertad, nunca podrán ser educados o requerirán muchísimo más esfuerzo.
  2. Nada de estrés. El cerdo vietnamita jamás podrá adaptarse si se le trata de forma brusca o se carece de la paciencia y capacidad de enseñar necesarias para tener una mascota en casa, que al principio además se muestra especialmente asustada. Necesita estar en un momento equilibrado y tener un propietario paciente, tranquilo y con capacidad de mando.
  3. Disciplina rigurosa. El cerdo vietnamita es sumamente inteligente, mucho más de lo que en un principio podamos creer. Es por ello que debemos ser también muy rigurosos en su enseñanza, para evitar que se convierta en un cerdo malcriado, ya que la tendencia es ceder antes a su apariencia simpática sin pensar que necesitan disciplina como cualquier otro animal de compañía.
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  5. Necesidad de afecto. Su gran sensibilidad requiere también grandes dosis de afecto, que le transmitiremos en forma de caricias, primero con cuidado, y después como demostración del cariño que sentimos por nuestra mascota. Descubramos sus puntos débiles, dónde les gusta ser rascados, y se convertirán en cerdos cariñosos y agradecidos de ser queridos.
  6. Vencer el miedo. Estos primeros días son vitales en la educación del cerdo vietnamita. De nuestra paciencia y nuestra constancia, de que sepamos infundirles confianza con las pautas adecuadas, depende en gran medida el carácter y la adaptación de nuestro cerdo vietnamita. Cuanto antes consiga vencer su miedo al contacto, antes se integrará en la nueva familia.
  7. Necesidad de compañía. El cerdo vietnamita es un cerdo que necesita sentirse integrado en un grupo social. No quiere decirse que no pueda estar solo un tiempo en casa, sino que buscará formar parte de la familia. Si le proporcionamos una, la nuestra, se integrará de un modo total. Si no mantiene contacto con nadie, se convertirá en un cerdo huraño y no apto como mascota.
  8. Dieta rigurosa. Los cerdos vietnamitas son muy tendentes a la glotonería. Su aspecto simpático puede hacernos ceder al principio en cuanto a su alimentación, convirtiéndoles en una mascota exigente que pide constantemente comida. En nuestra mano está evitarlo. Son omnívoros y podrán comer todo lo que les demos, pero cuidemos de que su alimentación sea equilibrada y no abundante en exceso.
  9. Ejercicio diario. El aire libre y el ejercicio moderado diario son necesarios, no sólo para la salud física de nuestra mascota, sino para su equilibrio mental. Proporcionémosle un entorno al aire libre para que pueda disfrutar del exterior, así se convertirá en un cerdo feliz y sin ansiedad.
  10. Diferentes sonidos. Nos quedaremos muy sorprendidos cuando, una vez que esté integrado en nuestro hogar, descubramos los diferentes sonidos del “lenguaje” del cerdo vietnamita. Un saludo, una solicitud, un agradecimiento, un estar a gusto, un estar enfadado. Todo lo transmitirá con sonidos distintos, que nos darán una idea exacta del estado de ánimo de nuestra mascota.
  11. Personalidad propia. Los cerdos vietnamitas que se acostumbren a estar en familia desde jóvenes llegarán sin duda a integrarse sin problemas, pero debemos tener presente que cada uno tiene su propia personalidad. Que sean tozudos, cariñosos, nerviosos, obedientes, depende tanto de su enseñanza como de su propio carácter.

Fuente: Mundo Animalia & Razas Porcinas.


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