Efecto de la inmunocastración en el peso canal y las piezas nobles en cerdas

Se utilizaron 192 hembras Ibéricas (cruzadas, Duroc*Ibérica), con 110 días de edad y 45 ± 3,41 kg de peso vivo para estudiar el efecto de la inmunocastración en el rendimiento de la canal y de las piezas nobles.

Los animales experimentales se distribuyeron en 3 tratamientos: hembras castradas quirúrgicamente (CC), hembras enteras (CE) y hembras inmunocastradas (CI), siendo el diseño experimental en bloques completos al azar, con 48 réplicas totales de 4 cerdas cada una, 12 réplicas por bloque y 16 por tratamiento. El alimento fue el mismo para todos los animales, suministrándose ad libitum. Una vez realizado el sacrificio de los animales, se seleccionaron 31 hembras por cada tratamiento para evaluar la canal y el rendimiento de las piezas nobles.

Las cerdas CI tendieron a presentar un mayor peso de sacrificio y peso de canal (p<0,10), siendo los pesos de jamones y paletas similares a las hembras CE (p>0,05), y significativamente menos pesados en el grupo de las hembras CC (p<0,05). Por el contrario, el peso de los lomos resultó significativamente mayor en las hembras CE que en las CI y CC (3,05 vs. 2,82; 2,71 kg, respectivamente; p<0,05). Se calcularon las ecuaciones de regresión relacionando el peso de la canal con el peso del jamón, la paleta y el lomo para cada tratamiento. Las mejores relaciones entre las variables se obtuvieron con funciones lineales en el caso del jamón y la paleta (R2 >55 %; p<0,05) y, en el caso del lomo, lineal y no significativa en el grupo CC (p>0,05) y cuadráticas para los grupos CE y CI (p<0,05).

La inmunocastración favorece el crecimiento de las cerdas y que la castración quirúrgica no presenta ninguna ventaja productiva.

El RD 1469/2007 establece que las piezas que se destinen a la elaboración de los productos ibéricos procedan de cerdos con una edad de sacrificio mínima entre 10 y 14 meses, en función del sistema de explotación que se haya seguido.

El sacrificio a esas edades es posterior a la pubertad y no evita comportamientos indeseables, sobre todo en extensivo, que comprometan la bioseguridad de la granja. Además, puede ocasionar la aparición de olor sexual en los productos cárnicos derivados, como ocurre también en otras razas (EFSA, 2004). Todo ello justificó la práctica general (Aparicio, 1977) de la castración de machos y hembras de raza Ibérica.

Al mismo tiempo, el citado RD admite que los cerdos cuya carne se comercialice con el amparo de la Norma de Calidad puedan resultar del cruce de cerdas Ibéricas con machos Duroc. Actualmente, este tipo de producción, cruzada e intensiva es mayoritaria en el Ibérico (MAGRAMA, 2012), la castración de las cerdas continúa sin que se haya demostrado completamente sus ventajas (Mateos et al., 2009), aunque se ha propuesto (Latorre, 2011) para mejorar la calidad de la canal y de la carne en otras razas.

La castración de los animales es un requisito del mercado para ciertos productos (European Declaration on alternatives to surgical castration of pigs, 2010) aunque, el rechazo social, las consideraciones de bienestar animal, y las propias limitaciones legales (Directiva 120/2008/CE del Consejo) obligan al sector a encontrar procedimientos alternativos, que sustituyan la castración como manejo rutinario.

La inmunocastración ha sido ensayada en múltiples situaciones (Batorek et al., 2012), aunque nunca en cerdas de razas mediterráneas como la Ibérica. Por lo tanto, el objetivo del ensayo, fue valorar el efecto zootécnico del estado reproductivo (castradas quirúrgicamente, enteras, inmunocastradas) de cerdas Ibéricas cruzadas, explotadas en régimen intensivo, sobre el peso de sacrificio, el peso de la canal y su relación con el peso de las piezas nobles.

MATERIAL Y MÉTODOS

El ensayo tuvo lugar en el Centro de Pruebas de Porcino del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Consejería de Agricultura y Ganadería, Junta de Castilla y León), situado en Hontalbilla, Segovia, cumpliendo las directrices del RD 1201/2005, de 10 de octubre, sobre protección de los animales utilizados para experimentación y otros fines científicos. Se utilizaron 192 cerdas Ibéricas (Duroc x Retinta) con 110 días de vida y 44,94 ± 3,41 kg de peso vivo.

Al día siguiente de su llegada, se identificaron y pesaron individualmente, distribuyéndose en función del peso y estado reproductivo, asignándose a los distintos tratamientos experimentales: cerdas castradas quirúrgicamente (CC), cerdas enteras (CE) y cerdas inmunocastradas (CI). Las cerdas CC se castraron a las 8 semanas de edad y las cerdas CI recibieron (EMA, 2011) dos dosis de Improvac® a los 60 y 84,2 kg de peso vivo (18 y 22 semanas de edad).

El diseño experimental fue en bloques completos al azar, con 48 réplicas totales de 4 cerdas cada una, 12 réplicas por bloque, y 16 por tratamiento. Todos los animales consumieron el mismo alimento (tabla I), suministrado ad libitum; el cambio de o alimento de cebo a acabado se hizo a los 94,73 ± 0,999 kg de peso vivo.

Tabla I. Composición (%) de los alimentos.

MSPBGBFBCLysEN
Cebo89,914,77,05,85,20,722445
Acabado89,911,58,45,06,70,562484

1MS= materia seca; PB= proteína bruta; GB= grasa bruta; FB= fibra bruta; C= cenizas; Lys= lisina; EN= energía neta kcal/kg.

Tras su envío a matadero, se seleccionaron 31 cerdas, coincidentes con el peso medio de cada réplica, con el fin de valorar la canal (entera) y las piezas nobles (promedio de ambos lados). Las canales fueron procesadas de acuerdo al método europeo de referencia (Branscheid et al., 1990). Los datos se analizaron con los procedimientos GLM, REG y CORR del programa SAS Institute (2004), con el siguiente modelo para el análisis de varianza de calidad de la canal (la unidad experimental fue el animal):

Yij= µ + EREPROi + εij

Donde:

Y= peso canal caliente, rendimiento canal, rendimiento de piezas nobles –peso y porcentaje.

µ= media general.

EREPRO= estado reproductivo (CC, CE y CI).

ε= error residual.

Igualmente, se calcularon las ecuaciones de regresión de mejor ajuste.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Las hembras CI presentaron una tendencia (p<0,10) tanto a un mayor peso de sacrificio (PS) como a un mayor peso de la canal (PC) (tabla II), mientras que los pesos de los jamones y paletas fueron comparables en los tratamientos CE y CI (p>0,05) y significativamente menores en el grupo CC (p<0,05). Los lomos de las hembras CE pesaron más que en los grupos CC y CI. Las ecuaciones de regresión (tabla III), para pesos de canal con rangos entre 104,4-151,4 kg (CC), 90-156,8 kg (CE) y 113,8-153 kg (CI), muestran los mejores ajustes con funciones lineales y cuadráticas.

Tabla II. Pesos (kg) de sacrificio (PS), de canal (PC) y piezas nobles (J: jamón, P: paleta, L: lomo), en cerdas castradas quirúrgicamente (CC), enteras (CE) e inmunocastradas (CI).

CCCECIEEMP
PS161,33165,21169,962,63t
PC127,67129,05133,892,16t
J12,57a13,50b13,27b0,19**
P7,59a8,28b8,02b0,11***
L2,71a3,05b2,82*0,05***

t= p<0,10; **p<0,01; ***p<0,001. N=93; n=31. a,bLetras distintas en la misma fila indican diferencias significativas.

Tabla III. Ecuaciones de regresión lineal y cuadrática entre los pesos de la canal (PC) y de las piezas nobles (J: jamón, P: paleta, L: lomo).

Ecuaciones de regresiónR2RSDSignificación
Castradas quirúrgicamente (CC) J= 4,96+0,059·PC

P= 3,33+0,033·PC

L= 1,94+0,006·PC

 0,57

0,44

0,06

0,55

0,47

0,25

***

***

NS

Enteras (CE)

J= 4,77+0,067·PC

P= 3,55+0,036·PC

L= –5,93+0,125·PC–0,0004·PC2

0,72

0,62

0,62

 

0,61

0,41

0,22

***

***

***

Inmunocastradas (CI)J= 1,75+0,086·PC

P= 2,06+0,044·PC

L= –9,21+0,16·PC–0,0005·PC2

0,59

0,56

0,37

 

0,77

0,42

0,29

***

***

**

R2 = coeficiente de determinación; RSD= desviación residual estándar. NS p>0,10; **p<0,01; ***p<0,001. N=93; n=31.

La variabilidad explicada por PC fue, en general, aceptable (>44 %), si bien los máximos valores correspondieron al grupo CE, para todas las piezas, lo que no deja de ser llamativo, ya que son cerdas que presentan varios celos antes del sacrificio y se supone que son más heterogéneas. La predicción del lomo en el grupo CC no fue significativa, lo que evidencia un crecimiento muy bajo del lomo en el rango de PC analizado (6 %). Daza et al. (2007), ofrecen resultados comparables a los de este trabajo en cuanto a jamones y paletas, si bien sólo trabajaron con machos Ibéricos puros castrados.

No se ha encontrado otra referencia para la raza Ibérica. Se puede concluir, que la inmunocastración favorece el crecimiento de las cerdas y que la castración quirúrgica no presenta ninguna ventaja productiva, siendo de interés económico la posibilidad de predecir rendimientos con medidas sencillas e inmediatas para el productor y para el matadero.

Fuente: Gómez-Fernández, J., Tomás, C., Gómez-Izquierdo, E. y Mercado, E. & Razas Porcinas.


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