Importancia de la temperatura durante la elaboración de dosis seminales de verracos

La membrana plasmática del espermatozoide es una estructura altamente sensible a los cambios bruscos de temperatura debido a su composición a base de fosfolípidos y ácidos grasos insaturados, que le proporcionan su característica fluidez.

A través de la membrana plasmática, el espermatozoide se comunica con el exterior, recibiendo señales que le van guiando y estímulos que le conducen hacia la capacitación, estado imprescindible para conseguir la capacidad de fertilización. La integridad de la membrana plasmática es indispensable para que todos estos procesos tengan lugar. Las temperaturas extremas producen daños en otras estructuras del espermatozoide como el acrosoma y las mitocondrias que dan lugar a pérdida de iones, enzimas, ATP, degeneración del ADN. Por todo ello, si pretendemos conservar un espermatozoide mediante una disminución en la temperatura de su medio debemos respetar cuatro normas:

  • Las disminuciones y aumentos de temperatura deben ser graduales.
  • Los periodos en los que el semen esté a una temperatura, evitar oscilaciones de la misma.
  • Utilizar el medio adecuado para su conservación a 15ºC.
  • Las temperaturas límite son 15 y 37ºC.

Desde que el eyaculado es recogido a 37ºC hasta que alcanza los 15ºC para su conservación y vuelve finalmente a los 35ºC para su aplicación, vamos a distinguir cuatro fases muy claras en cuanto a los cambios de la temperatura:

  • OBTENCIÓN: el eyaculado se recoge a 37ºC en un recipiente a la misma temperatura y se conserva en él hasta su evaluación y dilución. Es aconsejable recoger sobre una cantidad de diluyente, que estará a 37ºC y provoca que el descenso inicial de temperatura sea más lento. El periodo comprendido entre la obtención, la dilución y el comienzo de la disminución de la temperatura debe ser el menor posible. La sala de recogida debe estar a temperatura adecuada y cerca del laboratorio. Si es necesario salir al exterior se utilizará una nevera de transporte.
  • LABORATORIO: después de su evaluación, el eyaculado se mezcla con el diluyente elegido que debe estar previamente preparado y a una temperatura de ± 1ºC respecto a la del eyaculado. Para ello tanto el eyaculado como el diluyente estarán colocados en el baño maría a 35ºC. Una vez diluido, se deja a la temperatura ambiente del laboratorio (20-22ºC) durante un mínimo de 2 a 3 horas para que alcance los 20 ºC gradualmente. Luego se introduce en la nevera de 15ºC.
  • CONSERVACIÓN: en la nevera de 15ºC las dosis seminales permanecerán un período de tiempo que varía según las necesidades de inseminación y la calidad del eyaculado y del diluyente. La temperatura no debe bajar de 15ºC, lo que debe ser controlado mediante un termómetro de máxima y mínima, colocado en el interior de la nevera de 15ºC.
  • APLICACIÓN: en el momento de utilizar las dosis para inseminación, se sacan de la nevera de 15ºC y se meten en un baño maría a temperatura ambiente de laboratorio (20-22ºC). Este se enciende a los 10-15 minutos para alcanzar una temperatura final de 35ºC durante otros 10-15 minutos, de forma que la dosis pase de 15 a 35ºC en al menos 20-30 minutos. Una vez a 35ºC, esta temperatura debe mantenerse sin oscilaciones hasta la aplicación de la dosis, evitando a la vez que permanezca mucho tiempo caliente, ya que los espermatozoides se agotarían.

Es importante recordar que el descenso de temperatura hasta los 15ºC debe ser mucho más lento, ya que llevamos a los espermatozoides hasta una temperatura en contra de su fisiología, a la que la membrana plasmática se endurece y se vuelve más delicada. El calentamiento de la dosis puede ser más rápido, ya que estamos llevando a los espermatozoides de nuevo a su temperatura fisiológica.

Así mismo, la temperatura tiene gran importancia en la valoración de la motilidad del semen. El espermatozoide de verraco alcanza todo su movimiento a los 37ºC, y a los 35ºC el movimiento será inferior. Para determinar si podemos valorar adecuadamente la motilidad debemos introducir un termómetro “bien limpio” directamente en el vaso donde esté el semen. Por otro lado, la platina del microscopio está a la temperatura ambiente del laboratorio, por lo que la valoración debe hacerse al primer golpe de vista. Si se dispone de platina calentable, nos debemos asegurar que esté a 37ºC, por lo que aquellas que contengan un termómetro digital serán más fáciles de controlar.

Fuente: Razas Porcinas.


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