La selección genética constituye uno de los pilares de la producción animal actual. A partir de la segunda mitad del siglo XX experimentó un importante desarrollo como respuesta a un incremento continuo de población y necesidad de hacer llegar a ésta la cantidad apropiada de proteína animal.
Los criterios de selección, aunque dinámicos, se enfocan principalmente a rendimientos productivos. Sin embargo, en una coyuntura económica como la actual y en un mercado en el que los consumidores cada día están más concienciados y buscan productos respetuosos con el medio ambiente y los animales, ¿cuál será la tendencia de selección genética porcina en hembras? Las principales empresas de genética porcina ofrecen su punto de vista a este respecto.
Puesto que la hembra porcina es, en buena medida, una máquina de producir lechones, en Gene Plus consideran que la tendencia deberá ser la de las máquinas de éxito: barata, de facilidad de uso, de mantenimiento anual bajo y adaptada al mercado. En definitiva, una hembra productiva y rústica, de amortización anual baja (longevidad), con la que se obtenga la productividad anunciada, de buen carácter, que se adapte bien a la normativa de bienestar, con facilidad de parto y buena capacidad lechera, para evitar nodrizas y adopciones: ”Además, debería presentar bajo consumo de pienso, rusticidad de las camadas y un porcentaje de reposición bajo”.
Desde Hypor explican que la tendencia futura de la selección genética se basa en la maximización de la rentabilidad total de la cadena en lugar de la maximización de índices productivos o de fases de producción por separado: “La proliferación de la utilización de nuevas tecnologías como el MixBlup o la selección genómica nos permite estimar los valores genéticos para un elevador número de marcadores SNP y evaluar animales candidatos tan pronto como podamos muestrear su ADN, sin olvidar tecnologías como la transferencia embrionaría o la congelación de semen”.
“La eficiencia alimenticia será un importante factor a considerar, ya que la hembra es un 50% del cerdo de matadero”, apuntan desde Pic. A su vez, los animales serán cada vez más magros y se seguirá experimentando un incremento en la prolificidad de las hembras. Además, los criterios ligados a robustez, como supervivencia del lechón al destete, en transición o engorde, seguirán mejorando, teniendo una importancia doble: en primer lugar como elemento económico fundamental y segundo como elemento de bienestar. “En definitiva, reducir el coste de kilogramo de carne producido”, añaden.
Según Selección Batallé, el sector deberá centrar sus esfuerzos en la eficiencia de la conversión del pienso en carne, tanto en reproductoras como en cerdos de engorde: ”se deben desarrollar nuevas tecnologías para disponer de fenotipos de bajo coste obtenidos simultáneamente en producción y selección. Ésta se basará cada vez más en rendimientos de animales híbridos en las granjas del cliente”, aclaran. “Además, la genómica ayudara a mejorar caracteres económicamente costosos o difíciles de medir”, puntualizan.
Para Topigs, el futuro de los programas de genética porcina se basa en la combinación de la nación genómica y la selecciona cuantitativa:”La genómica mejorara la precisión de las estimaciones, lo que incrementara significativamente el progreso genético en caracteres de baja heredabilidad o difíciles de medir, como son la mayor parte de los caracteres reproductivos (prolificidad, supervivencia, etc.). Los caracteres productivos también tendrán un mayor peso especifico en los objetivos de selección de las líneas hembra”.
En UPB Genetic World creen que seguirá siendo importante la prolificidad y las aptitudes maternales de la cerda:”Es imprescindible producir numerosos lechones con buena vitalidad y cerdas con capacidad para criar su camada”. Además de las aptitudes maternales, afirman que se buscan cruces que aporten buenas canales y buena calidad de carne en el matadero, con un buen crecimiento y un índice de conversión optimizado en granja.
Fuente: Revista Albéitar & Razas Porcinas.
