Métodos para mejorar la calidad del agua para granjas de cerdos

El agua es el nutriente más importante para todos los seres vivos, por lo que es fundamental un aporte de calidad para no comprometer la salud, el bienestar y la productividad de los animales. Pero si el agua de la que disponemos no es de buena calidad, ¿cómo podemos mejorarla?

Antes de nada

  • En primer lugar debemos conocer el destino del agua y qué parámetros queremos mejorar.
  • Antes de aplicar cualquier tratamiento es muy importante conocer los costes, no sólo de la instalación, sino del mantenimiento, y saber los residuos que se generan y cómo se deben tratar.
  • Contar con que hay que monitorizar la efectividad del método elegido.

El término “calidad del agua” hace referencia a la composición de la misma, es decir, a sus características físicas, químicas y biológicas. La determinación de la calidad del agua va a depender del uso que se le quiere dar. Un agua puede ser apropiada para regar jardines y no ser de calidad suficiente para usarse como agua potable.

Antes de aplicar un método concreto para mejorar la calidad del agua de nuestra explotación ganadera, debemos saber qué parámetro de calidad en concreto deseamos mejorar, por lo que es preciso conocer algunos criterios clave sobre el agua y sus tratamientos:

  • Los pretratamientos (floculación, ósmosis inversa, descalcificación, etc.) buscan mejorar la calidad química del agua, es decir, parámetros como la dureza, el nivel de nitratos, la salinidad, etc.
  • Ciertos pretratamientos (filtración, regulación del pH, etc.) son fundamentales para que algunos de los tratamientos de desinfección, que pretenden mejorar la calidad microbiológica, sean eficaces, sobre todo en el caso de la cloración.
  • Existen diferentes orígenes y destinos del agua que determinarán qué tratamiento será el más adecuado. Por ejemplo, el agua destinada a sistemas de refrigeración no tiene por qué tener la misma calidad que el agua de bebida.

Pretratamientos y potabilización química

En el cuadro 1 se exponen los principales métodos para el pretratamiento y la potabilización química del agua.

Desinfección

Una vez que hemos pretratado y acondicionado el agua, debemos proceder a su desinfección, ya que probablemente contendrá algún que otro parámetro microbiológico descontrolado.

Podemos clasificar los desinfectantes existentes en el mercado como:

  1. Inmediatos: ozono y radiación ultravioleta. El principal inconveniente es que no presentan persistencia, es decir, el agua se puede recontaminar fácilmente ya que el residual de desinfectante en el agua es nulo una vez realizada la desinfección.
  2. Retardados: cloro, peróxido de hidrógeno, dióxido de cloro. Estos desinfectantes presentan persistencia pero para ser efectivos necesitan un tiempo de contacto determinado para eliminar microbios.
  3. Retardados-mixtos: Es una combinación de un desinfectante inmediato y un desinfectante retardado (por ejemplo: ozono y cloro). Precisan también de un tiempo de contacto. Son más caros.

Desinfección con cloro: monitorización e importancia del pH

El cloro es un agente muy oxidante, y es el desinfectante que más se utiliza debido a su bajo coste. A dosis suficientes permanece en el agua y continúa su acción desinfectante (cloro residual).

En el agua se pueden analizar 3 tipos de cloro:

  • Cloro residual libre: ácido hipocloroso (HOCl) e ión hipoclorito (OCl-). Formas desinfectantes activas.
  • Cloro residual combinado: cloraminas y dicloraminas. Formas desinfectantes menos activas.
  • Cloro residual total: no indica su capacidad desinfectante. Si hay mucha materia orgánica principalmente el cloro residual total se encontrará en forma combinada, la cual es menos activa.

Cuando se desea monitorizar la concentración de cloro se debe analizar el cloro libre, que es el que nos indica el potencial desinfectante. El cloro total sólo nos indica que hay cloro, pero no indica su capacidad desinfectante.

El cloro también reacciona con parte de la materia orgánica formando otros subproductos que son cancerigenos, los trihalometanos (THM). Por ello, los niveles máximos autorizados para agua de consumo humano son:

  • Según Real Decreto 140/2003
  • Cloro combinado residual: 2 mg/l
  • Cloro libre residual: 1 mg/l
  • Según la OIE (2004)
  • Cloro: < 5 mg/L

Bebedero de chupete

A pH ácidos el cloro residual libre se encuentra principalmente en forma de ácido hipocloroso, que es un potente desinfectante. A pH básicos el cloro residual libre se encuentra principalmente en forma de ión hipoclorito (OCl-), el cual es menos potente que el ácido hipocloroso (HOCl). Por ello, para que la cloración sea más efectiva es conveniente reducir el pH si éste se encuentra por encima de 7.

Las consideraciones más importantes de cada uno de los desinfectantes se encuentran reflejadas en el cuadro 2. Además en el cuadro 3 se recogen algunos ejemplos de sistemas de desinfección que se utilizan en la actualidad.

 

Monitorización

Cuando se implementa un sistema de pretratamiento y/o desinfección se debe monitorizar su efectividad. Existen diferentes kits comerciales de fácil aplicación en granja para la mayoría de parámetros químicos (dureza, nitratos, sulfatos, etc.). Los cultivos microbiológicos (por ejemplo, bacterias coliformes) serán indicativos de la efectividad del método elegido para la desinfección.

Fuente: Albéitar & Razas Porcinas.


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