Recientemente la Comisión Europea ha publicado las conclusiones del último Eurobarómetro sobre bienestar animal. El mismo refleja que un 84% de los españoles encuestados considera oportuno mejorar los sistemas de bienestar en los animales de granja. Esta opinión es compartida por una media de 82% de los ciudadanos comunitarios. Tan solo un 1% de los encuestados aseguraban que las medidas actuales eran suficientes.
Otro de los mensajes clave que nos traslada esta encuesta es que prácticamente el 100% de los españoles, y los ciudadanos de la Unión Europea, consideran que es importante el bienestar de los animales de granja. Es más, si profundizamos en el asunto, más de la mitad de los españoles (51%) y ciudadanos europeos (59%), declararon estar dispuestos a pagar más por productos que provinieran de animales con sistemas de producción animal friendly.
La castración: uno de los puntos negros de la producción porcina
El concepto de bienestar animal se ha desarrollado en el mercado comunitario hasta considerarse fundamental y prioritario en los sistemas de producción ganaderos. Sin embargo, todavía existen ciertos aspectos susceptibles de modificarse en este sentido, y sobre los que se está trabajando en la actualidad. Uno especialmente sensible, en el mundo de la porcinocultura, es la castración de los animales. De hecho, varias cadenas de supermercados europeas han mostrado su intención de no comercializar en sus lineales la carne de cerdo procedente de animales castrados físicamente. En Alemania son ya tres las cadenas de distribución que se han posicionado a este respecto, y esta iniciativa se ha extendido a Noruega e Inglaterra, donde son varias ya las firmas que se muestran dispuestas a dejar de comercializar este tipo de carne a principios de 2017. Limitación que podría afectar a la venta de Jamón Ibérico y Serrano en dichos países, destinos que representan más del 45% de nuestras exportaciones de Jamón.
Una de estas cadenas de supermercados más activa es Aldi, que también opera en España. En concreto, Aldi Nord, una de las dos filiales en las que se divide el grupo, informó a comienzos de año, a través de un comunicado, del desarrollo de una “Política Nacional de Bienestar Animal de Compras”, que ilustra el compromiso y define las medidas y objetivos de Aldi Nord en relación a unas áreas de enfoque, entre las que se encuentra el producto y la selección de la gama orientada al bienestar de los animales, así como su contribución al mismo. Dicha política indica, según explican desde la cadena, que “a partir de 2017 no venderemos ningún tipo de carne de cerdo procedente de animales castrados”. Comunicaciones muy similares han vertido también el grupo de venta al por menor Rewe Group, que tiene sede en Alemania y está presente en catorce países europeos, y Edeka, la mayor red de comercio minorista de Alemania, que cuenta con una central de compras en España.
Así mismo, cadenas de supermercados en Francia y Holanda han iniciado los contactos con sus proveedores instándoles a buscar alternativas a la castración quirúrgica antes de final de año.
Las filiales de dichas cadenas en España conocen lo que está ocurriendo a nivel europeo sobre este tema, y están evaluando las posibles consecuencias que puede tener en nuestro país. Tenemos que recordar que España acaba de convertirse en primera potencia en producción porcina en Europa y tercera a nivel mundial, y está en el punto de mira de nuestros principales competidores europeos.
Productos acordes al bienestar animal y de calidad
Esta decisión no tiene por qué impedir ofrecer un producto con cualidades organolépticas aceptables para el consumidor, el cual reclama medidas de bienestar animal y una producción sostenible, pero sin dejar de lado la calidad del producto. La Comisión Europea a través de varios Grupos de Trabajo, en los que están involucrados Asociaciones de Productores, Centros de Investigación, Asociaciones de Industrias Cárnicas y Comercializadores, llevan varios años trabajando para encontrar una alternativa a la castración quirúrgica, que a la vez que prevenga el olor sexual, también cumpla los estándares de bienestar animal y garantice la calidad del producto final, incluso en aquellas producciones tradicionales con altos requerimientos de calidad, como jamón de Parma, Ibérico y Serrano.
Una de las pocas alternativas que cumplen estos dos aspectos es una vacuna que emplea el sistema inmunitario del animal para controlar el olor a verraco, produciendo efectos similares a los de la castración quirúrgica, sin necesidad de realizar la misma y afectar al bienestar del animal. Además, ha quedado demostrado en numerosos estudios que con la vacunación no se aprecian diferencias sensoriales en la carne y productos transformados de animales vacunados, castrados y hembras. Dicha vacuna tiene un periodo de supresión de cero días, aspecto muy interesante desde el punto de vista del consumidor final de carne de cerdo.
Conclusión
Debemos ser optimistas y pensar que, más allá de una barrera comercial, esta propuesta iniciada por las cadenas de distribución europeas puede suponer una gran oportunidad para ofrecer al consumidor un producto acorde con sus demandas y aportar soluciones novedosas acordes al bienestar animal y que mantengan la calidad requerida en la carne. Si algo caracteriza al sector porcino español, en su afán de superación y mejora, en búsqueda del máximo rendimiento. Un sector que, no tenemos que olvidar, ha sufrido una importante adaptación en los últimos años con la nueva normativa de Bienestar Animal, y que ha demostrado como continuar adelante aun cuando las condiciones no son las más propicias.
Fuente: eurocarne.com & Razas Porcinas.
