Alimentación proteica en lactación y reproducción porcina

En la alimentación proteica de las cerdas actuales hay que tener en cuenta su composición corporal más magra que hace unos años, su mayor peso al primer y segundo parto y cuando son adultas, camadas más numerosas y una producción láctea más abundante.

La importancia de la nutrición en las funciones reproductivas se ha basado en muchos casos en trabajos empíricos, donde el objetivo estaba en incorporar niveles de nutrientes por encima o por debajo de las necesidades de mantenimiento y producción de las cerdas. Hoy conocemos muchos más trabajos sobre los mecanismos que determinan el estado metabólico y endocrino de las hembras porcinas y su influencia sobre los parámetros reproductivos como el tamaño de la camada, la fertilidad, el intervalo destete inseminación o la producción lechera.

Así, debemos tener en cuenta al hablar de la alimentación proteica los cambios en la composición de la condición corporal de la cerdas actuales, en las que el ratio músculo/grasa aumentó considerablemente, el peso adulto a la madurez es superior y el incremento de peso de las cerditas de primer y segundo parto es considerable, todo lo cual supone tener muy en cuenta las necesidades de crecimiento de la masa muscular de nuestras cerdas. Si a ello añadimos el mayor tamaño de las camadas y la mayor producción lechera con un contenido en lisina ostensiblemente alto, podremos vislumbrar que cualquier disbalance de aminoácidos y/o proteico nos llevará a problemas reproductivos.

Implicaciones

La capacidad de consumo voluntario en las cerdas actuales durante la lactación es insuficiente para cubrir las elevadas necesidades metabólicas que tienen. Las deficiencias de nutrientes proteicos nos pueden dar lugar a reducción en los parámetros productivos tanto de los lechones como de las cerdas reproductoras.

Las cerdas tratan de compensar estas deficiencias en lactación movilizando reservas, primero de grasas y luego de proteína.

Una elevada pérdida de condición corporal conlleva un aumento del intervalo destete a celo, de días no productivos, reducción del tamaño de camada a siguiente parto y mayor tasa de cerdas desechadas, reduciéndose la longevidad de las mismas. Estos parámetros se ven tanto más perjudicados cuanto mayor sea la pérdida de tejido magro. Recordemos que el músculo tiene un contenido en agua del 75 % y la grasa tan solo del 15 %, por lo que las privaciones de agua durante la lactación perjudicarán mucho más al tejido proteico que al lipídico.

De la proteína ingerida por la cerda en lactación, entre el 80-88 % lo utiliza para producción de leche y la lisina es el principal aminoácido limitante durante ese periodo. Mantener una buena condición corporal durante toda su vida productiva, con especial atención a evitar una excesiva pérdida de peso (grasa y músculo) durante la lactación, directamente correlacionada con la fertilidad, productividad y longevidad de la cerda. Así, en los actuales programas de mejora genética se pone especial énfasis en la presión de selección de la supervivencia de los lechones y la capacidad de consumo de alimento de la cerda.

Las estimaciones de producción de leche diaria en las cerdas las podemos expresarlas por la siguiente ecuación de Noblet & Etienne:

MS (g/camada/día) = 0,72 x GMD – 7 x número de lechones

De esta forma, si tenemos una camada de 10 lechones destetados a 21 días de vida con un crecimiento medio por lechón de 250 gramos, la producción diaria de leche basada en su materia seca es de 1,793 gramos/día. Como la leche tiene sobre un 18 % de materia seca, podemos estimar una producción diaria de leche de 10 litros, lo que equivale a decir que cada cuatro litros de leche hacemos un  kilogramo de lechón. En términos energéticos esto supone que:

La leche contiene entre 1.290 y 1.330 kcal/kg de energía metabolizable (EM).

Cada kilogramo de lechón repuesto en lactación requiere de 5.400 kcal EM.

Las necesidades energéticas de mantenimiento son de 105 kcal/EM por kilogramo de peso metabólico.

El coeficiente marginal de eficacia energética en producción lechera es del 70 %, asumiendo que el 60 % de la energía de cada kilogramo de alimento extra va directamente a la síntesis de leche. Así cada  kilogramo extra diario repercute en un incremento potencial de 275 gramos de ganancia diaria de camada, que en lactaciones de 21 días y con camadas de 10 lechones nos supondría destetar lechones con +577 gramos de peso o 5,77 kilogramos más de lechón, que equivaldría prácticamente al peso de un lechón más.

Materia Seca (%)18 – 19
Proteína Bruta (%)5 – 5.5
Lisina7,39 g./100 g. PB
Metionina2,00 g./100 g. PB
Tronina4,34 g./100 g. PB
Grasa Bruta (%)7 – 8
Lactosa (%)5
Cenizas (%)1

Composición nutricional media de la leche de cerda en términos porcentuales (Dourmad et al., 1991).

Algunos nutrientes de la leche son difícilmente modulables vía nutricional, como es el caso de la proteína, donde los niveles de aminoácidos no han variado ostensiblemente en los últimos 20 años. Los cambios en los niveles de aminoácidos y proteína en la dieta modifican levemente dichos niveles en la leche, aunque sabemos que una mayor ingesta de lisina tiene una correlación lineal con el peso del lechón y la camada al destete por una mayor producción lechera. Así, el máximo crecimiento diario de una camada se obtiene con una ingesta de lisina total diaria de 70 gramos (Allee, 2007). En otros estudios anteriores, dichos requerimientos son de 67,6 gramos de lisina al día (Aherne et al., 1998). Las necesidades estimadas medias de lisina en cerdas reproductoras las podemos resumir en :

  1. Requerimientos de mantenimiento: 2 gramos al día o 36 mg por kilogramo de peso metabólico.
  2. Requerimientos de producción: 26 gramos por kilogramo de ganancia de peso de los lechones.

Por lo tanto, los niveles de lisina totales en la dieta de cerdas con una camada de 10 lechones y un consumo medio de alimento de 6 kilogramos por cerda/día durante los 21 días de lactación, deben de estar entre 1,0-1,1 % de la dieta.

El objetivo es disponer de una excelente dieta que nos permita alcanzar el consumo adecuado de nutrientes (modelización). A nivel aplicativo se obtienen mejores resultados cuando conseguimos buenos consumos de alimento con dietas estándar que si tenemos una estupenda dieta con deficientes consumos. Así, el manejo de los alimentos y por lo tanto su aplicación práctica mediante un adecuado entrenamiento para tal fin del personal de partos, predomina en importancia, sin olvidar por supuesto la calidad del mismo.

La excesiva y deficiente pérdida de condición corporal en partos de cerdas blancas e ibéricas respectivamente nos hipoteca su vida productiva, empeorando el intervalo destete salida a celo, la fertilidad y la prolificidad en los siguientes ciclos productivos (Young, 2004).

Una pérdida de proteína superior al 9-10 %, equivalente a una pérdida de peso en lactación superior al 20 % de media, determina un peor desarrollo folicular y una reducción del tamaño de la camada al siguiente parto (Clowes et al., 2003).

Una de las ecuaciones que nos dan el contenido proteico de nuestras cerdas blancas es la de Dourmad (1997), que la expresa de la siguiente manera:

Masa proteica = 2,28 + (0,178 x peso vivo) – (0,333 x grasa en mm)

 

Relación entre el consumo de alimento en lactación y la pérdida de proteína corporal de la cerda. (Hytek R&D, 2008).

Fuente: Albéitar & Razas Porcinas.


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