Espesor de grasa dorsal en cerdas gestantes en relación al crecimiento de sus lechones
En teoría, los lechones nacidos de madres con mayor condición corporal y mejor alimentadas durante el periodo de gestación son más pesados al nacimiento y también al sacrificio. Un equipo de investigadores británicos ha comprobado si esto es así o no.
Un cerdo de engorde pasa aproximadamente la mitad de su vida en el útero de su madre y la nutrición durante este periodo tiene una gran influencia sobre su peso al nacimiento y su crecimiento posterior. Un equipo de investigadores de Irlanda y el Reino Unido han llevado a cabo un estudio* en el que han analizado cómo se ve influenciado el crecimiento de los lechones tras el nacimiento por el grosor de la grasa dorsal y el nivel de ingesta de energía de sus madres durante la gestación.
Compararon el crecimiento de hijos de cerdas con un elevado espesor de la grasa dorsal y nivel de ingestión de energía altos durante el periodo gestacional con los de nacidos de madres con espesor de la grasa dorsal y nivel de ingestión de energía bajos. El experimento tuvo un diseño factorial 2×3 en los que se estudiaron dos factores: grosor de la grasa dorsal (cerdas delgadas o gordas) y nivel de ingestión energética (restringido, control y alto).
El periodo de estudio fue desde el día 25 al 90 de preñez, mientras que durante el resto de su gestación y la lactación todos los lotes recibieron los mismos tratamientos nutricionales. De todos los lechones nacidos, 155 se sacrificaron al destete (28 días) y 272 se cebaron en boxes individuales hasta los 158 días de edad.
Los cerdos nacidos de madres gordas tenían un grosor mayor de su grasa dorsal que el resto (P < 0,05) y pesaban más (P < 0,05). El nivel de ingestión energética durante el periodo de estudio tuvo sólo un efecto pasajero en la ganancia diaria de peso y el índice de conversión, pero no influyó en el peso al sacrificio o la cantidad de carne magra de las canales.
Los datos obtenidos señalan que las cerdas con alrededor de 19 mm de grosor de su grasa dorsal en el momento de la inseminación dan a luz lechones que son más pesados al sacrificio (158 días de edad) que los nacidos de madres con alrededor de 12 mm de grasa dorsal. Según los registros del estudio la condición corporal durante la gestación tiene una influencia directa sobre los parámetros de crecimiento de la descendencia, mientras que no la tiene el nivel de ingestión de energía en este periodo.
Fuente: Albéitar & Razas Porcinas.


