La finalidad de los programas de mejora genética de cerdos

La finalidad de los programas de mejora genética de animales domésticos es la difusión de los individuos de superior valor genético para los caracteres productivos de mayor importancia económica.

Por ello, una revisión de las perspectivas de la mejora genética de cerdos Ibéricos debe partir de un breve repaso de los antecedentes de esta población y de su sistema de producción.

La población de  cerdos Ibéricos es la más importante del tipo Mediterráneo uno de los tres tipos primitivos de cerdo doméstico, con el Céltico y el Asiático. Aunque la historia de las poblaciones de animales domésticos tiene mucho de especulativo, el cerdo Ibérico, a diferencia de la mayoría de las razas europeas actuales, que cuentan con ascendientes asiáticos procedentes de la introducción de cerdos del Este a finales del Siglo XVIII, puede ser uno de los escasos tipos europeos libres de sangre oriental. Lo que no ofrece duda es su contribución, junto a sus parientes lejanos, a la formación de poblaciones de cerdos criollos en Centro y Sudamérica y al origen de la raza Duroc en los EE.UU:  La población se mantuvo durante siglos con un elevado censo en amplias zonas del suroeste de la península ibérica, cuyo ecosistema mayoritario es la dehesa: bosque mediterráneo dominado por árboles del género Quercus, encinas y alcornoques, sobre pastizales herbáceos anuales, con una fuerte estacionalidad de los recursos pastables. En ausencia de un grupo predominante de seleccionadores que impusiera un determinado prototipo racial, las características singulares de la raza se desarrollaron a través de un proceso de adaptación a este medio y a la elevada demanda de grasas animales. Así:

  1. Ciertos rasgos morfológicos proporcionan resistencia a la insolación (capa y pelo oscuros) o a las duras condiciones del pastoreo de las dehesas (fuertes extremidades y jeta alargada).
  2. Aspectos de su fisiología (reducido metabolismo basal y precoz formación de tejidos grasos) se adecuan a las oscilaciones extremas de los recursos de alimentos.
  3. La gruesa capa de grasa subcutánea y el alto contenido de grasa intramuscular hacen idóneas a las canales para la producción de tocino y para la elaboración de productos curados, aptos para el consumo durante largos períodos de tiempo.
  4. Junto a éstos y otros rasgos comunes (pezuñas pigmentadas y cuello corto y con papada), la población presentaba una considerable heterogeneidad con tipos bien diferenciados de difusión comarcal: colorados, rubios y retintos, negro lampiños de La Serena y de la Vega del Guadiana, manchados de Jabugo, etc.

Como es conocido, esta situación comienza a quebrarse en 1960  con los primeros brotes de Peste Porcina Africana, la depreciación de las grasas animales y la sustitución en el mercado de las carnes de los productos de cerdo ibérico, que son sustituidos por los procedentes de la explotación intensiva de razas importadas. El censo se reduce de modo drástico y se ensayan cruces con la práctica totalidad de las razas de capa oscura: Tamworth, Wessex Saddleback, Large Black, Berkshire y Duroc-Jersey, imponiéndose, como predominantes, los cruces con Duroc.

En la última década la producción de cerdos Ibéricos se ha recuperado notablemente debido al desarrollo de un mercado específico de sus productos curados y a la ampliación de la zona y sistemas de producción.

Hay que señalar el efecto de esta diversidad de sistemas sobre los diferentes tipos genéticos requeridos y sobre los posibles objetivos de selección. Entre la producción en cebaderos a tolva, a campo con pienso, en montanera tradicional o con recebo existen grandes diferencias, tanto respecto a la longitud del ciclo (de 9 a 18 meses de edad de sacrificio) como respecto al grado de utilización de los recursos de la dehesa, particularmente en la fase final del engorde. Ello da lugar a una diversidad paralela en cuanto a los tipos genéticos utilizados. En este contexto cabe señalar que:

  1. Los cerdos procedentes de líneas puras de Ibérico tienden a engordarse en ciclos largos con manejo extensivo.
  2. Los cerdos procedentes de cruces con Duroc (con una contribución de genes de esta raza que oscila entre el 25 y el 75 por 100) son ampliamente mayoritarios, especialmente en los sistemas intensivos de ciclo más corto.

La extensión del cruce  con Duroc ha supuesto la desaparición de la antigua estructura de la población, con variedades de ámbito comarcal y escaso intercambio genético entre piaras. Para la obtención de reproductores ibéricos puros se depende de un pequeño número de piaras de élite. Aunque en los últimos años se ha reforzado la importación de cerdos de ganaderías portuguesas, se conserva sólo parcialmente la variabilidad tradicional, predominando, en las actuales ganaderías, los tipos retinto y, en menor medida, entrepelados, con la práctica desaparición de los cerdos rubios y lampiños del Guadiana. Un efecto indirecto del cruzamiento con Duroc es que ha propiciado que la selección realizada por la mayoría  de los ganaderos de Ibérico, haya adoptado como principal criterio la adecuación a un supuesto prototipo racial, minusvalorando los caracteres de mayor interés productivo. Sin embargo, existen un creciente consenso sobre la importancia del incremento de la productividad de las explotaciones de cerdo Ibérico, que hace aconsejable el inicio de actuaciones de mejora genética más amplias y eficientes, que las realizadas hasta ahora. 

Mejora genética de caracteres reproductivos

Entre los aspectos a mejorar, la productividad numérica de las reproductoras se considera como uno de los de mayor influencia sobre la rentabilidad  de las explotaciones. Se estima que la introducción de algunos cambios en el manejo y en la alimentación en las granjas con sistemas de producción de tipo semiextensivo (reducción de la duración de la lactación y del intervalo entre partos mediante el uso de piensos adecuados y de programas de gestión informatizada) permitiría aumentar de 1,7 a 2,3  el número de partos por cerda presente y año y de 6,0  a 7,4  los lechones destetados por camada. El incremento resultante de 7 lechones por cerda y año supone una importante reducción en el coste de producción de los lechones ibéricos. Este efecto sobre la productividad numérica, basado en los cambios de  manejo propuestos, está condicionado por el potencial genético de las ce4das respecto al tamaño de camada el nacimiento, principal componente de aquella.

Variación genética dentro de la población

La información disponible, para poder realizar el análisis de la variación genética para la prolificidad en cerdos ibéricos, procede de la piara experimental de “El Dehesón del Encinar”, establecida en 1944 en Oropesa (Toledo) por el Instituto Nacional de Colonización con cerdos procedentes de cuatro antiguas estirpes extremeñas y portuguesas: Ervideira, Campanario, Caldeira y Puebla. La línea Torbiscal procede de la fusión, en 1963, de estas estirpes mediante un proceso detalladamente descrito en diversos trabajos. Los descendientes de los cerdos Puebla de tipo negro lampiño del Guadiana se conservan aún en “El Dehesón del Encinar” con la denominación de Guadyerbas.

Fuente: Fondo UE & Razas Porcinas.


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