¿Las descargas vaginales incrementan la repetición del celo en las cerdas?

Con el propósito de conocer la influencia de las descargas vaginales en la cerda y su relación con las repeticiones del celo, se realizó el siguiente trabajo en una unidad de cría, perteneciente a la Empresa Porcina Habana.

Para el mismo se emplearon 5 grupos de Producción con un total de 116 cerdas mestizas Yorkshire y Landrace (YorkLand). A cada una de las reproductoras que llegaban al servicio de Inseminación Artificial, se le tomaron los datos, de número y grupo de producción, procedencia, presencia o no de descarga vaginal, tipo de descarga. Todas las hembras recibieron las mismas condiciones de manejo y alimentación. A un total de 10 cerdas se les realizó la toma de muestra del cuello uterino, para su envío a bacteriología. Para el análisis matemático de los resultados se ejecutó un análisis porcentual y de proporciones, mediante el paquete estadístico (Compapro).

Obteniéndose que el mayor porciento de repeticiones al servicio de inseminación encontrado, ocurre cuando las hembras son inseminadas con presencia de descarga vaginal. El principal agente aislado en cerdas con descargas vaginales es la E. coli. Por lo que recomendamos, no inseminar las hembras con descargas vaginales y continuar estudiando estos aspectos ya que resultan de interés económico, principalmente las repeticiones al servicio.

El manejo reproductivo es fundamental para alcanzar índices óptimos, que siempre significan una mejor rentabilidad de la inversión, dentro de la moderna explotación porcina. Son muchas y variadas las causas que inciden negativamente y que por una razón u otro con llevan a la eliminación de primerizas, cerdas o verracos de la reproducción (Wesseur y Hartog, 2001).

El fracaso o los distintos fallos reproductivos en la cerda pueden venir precedidos de diversas patologías como vulvitis y vaginitis infecciosas observadas algunas veces después del parto, endometritis y metritis puerperal aguda, piómetra y prolapso útero-vaginal. En general, el agente causal de dichas patologías suele ser de origen bacteriano (E. coli y E. suis) transmitido durante el apareamiento, la inseminación artificial o el parto, y en casi todas ellas, excepto en el prolapso, el signo clínico característico es una acumulación de exudado muco-purulento en el útero, acompañado de descargas vaginales malolientes y frecuentes micciones de orina, que ocasionan la interrupción del ciclo estral en la cerda reproductora.

A veces, en el colectivo de buenas reproductoras se observan cerdas vacías que no quedan gestantes, repiten celo o pierden el apetito, apreciándose ciertas secreciones o mucosidades de color blanco/amarillento, olor fétido e incluso sanguinolentas, procedentes de la vulva que alcanzan el periné o la cara interna del muslo  hasta depositarse en las heces y rejilla del suelo, si la descarga es abundante. Su duración y consistencia son variables y a pesar de tener una fácil sintomatología y claro diagnóstico suelen ocasionar problemas de sincronización y rebajar sensiblemente las tasas de fertilidad y productividad global de la granja, sobre todo si la vigilancia e higiene en la explotación son escasas. Generalmente, son animales sanos que en ocasiones curan de forma espontánea o por el contrario, persisten porque han padecido alteraciones funcionales precedentes tales como vulvitis, endometritis, abortos o sufren una grave infección desde el momento de la inseminación (catéter) o del parto y puerperio (retención y descuido en la retirada de placentas).

La higiene en las salas de gestación y maternidad junto a un correcto manejo e inseminación son las medidas profilácticas de mayor eficacia para combatir el Síndrome de cerda sucia (Riopérez, 2006).

Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, el objetivo del presente trabajo fue el de conocer la influencia de las descargas vaginales en la cerda sobre las repeticiones del celo.

Materiales y Métodos

El trabajo se realizó en una unidad de cría, perteneciente a la Empresa Porcina Habana, en 5 grupos de Producción (I II III IV V) (tabla 1) con un total de 116 cerdas mestizas YorkLand.

Tabla 1. Número de cerdas por grupos de producción.

Grupo de ProducciónNº de cerdas
I45
II22
III28
IV5
V16
TOTAL116

A cada una de las reproductoras que llegaban al servicio de Inseminación Artificial, se tomaron los datos siguientes:

  • Número y Grupo de producción de la reproductora
  • Procedencia, se tomó en consideración si la hembra era procedente del área de maternidad (destete) o si procedía del área de vacías (repetición de celo).
  • Presencia o no de descarga vaginal, tipo de descarga
  • Todas las hembras recibieron las mismas condiciones de manejo y alimentación descritas en el (MCP, 2001) (Manual de Crianza Porcina, 2001). Las hembras fueron inseminadas según las normas técnicas descritas en el Manual de Reproducción e Inseminación Artificial Porcina.
  • A un total de 10 cerdas se les realizó la toma de muestra del cuello uterino, para su envío a bacteriología, según la metodología descrita por Alonso y Pereira (2007).

Para el análisis matemático de los resultados se utilizo un análisis porcentual y un análisis de proporciones (Compapro).

Resultados y Discusión

En la tabla 2 puede observarse el total de cerdas con descargas vaginales según grupo de producción, el cual representa un 45,7 % del total de cerdas inseminadas. Cuando hacemos un análisis de proporción entre grupos, el resultado no es significativo.

Tabla 2. Número de cerdas con descargas vaginales (dv) en los grupos de producción.

GrupoNº CerdasCerdas con dv%ES
I452044,40.07
II2211500.06
III281242,90.09

Coincidimos con Martineau (1997) quien plantea que las descargas vaginales patológicas, ocurren en granjas donde se practica la inseminación artificial de manera rutinaria y se detecta clínicamente por la presencia de pus en el catéter de inseminación una vez realizada esta en cerdas con infección uterina, en nuestro trabajo la detección de las descargas vaginal, se realizó en el momento de realizar la inseminación artificial.

En la tabla 3 puede observarse que el mayor porciento (55%) de las cerdas con descarga vaginales proceden de la área de vacías, aunque no hay diferencia significativa entre el numero de cerdas que proviene del área vacías con respectos a la que proceden del área de maternidad; al no encontrar diferencias significativas en cuanto a la procedencia, con estos resultados, no podemos asegurar categóricamente que el principal problema es en el área de maternidad o del área de vacías. Aunque hay que tener en cuenta los planteado por Cervantes (1996); Alonso et al(2004) y Falceto et al (2006) la presencia de descargas vaginales patológicas está asociada a la falta de higiene en la sala de maternidad, contacto frecuente de la vulva con el excremento, falta de ejercicio de la hembra, manipulación obstétrica repetitiva y séptica y al bajo consumo de agua y también lo referido por Brichard (1994) plantea que lo más llamativo de dicho flujo es que se presenta principalmente en la fase del proestro o en el estro (celo) cuando ocurre la monta o inseminación, en otros casos se observa el flujo entre los 14-20 días después del servicio o inseminación y en la mayoría de los casos 6-7 días antes del nuevo celo. De igual forma (García 2006) señala que después que la cerda ha sido servida y dentro de los primeros 21 días, es muy común observar la presencia de exudado mucopurulento en la vulva, ocasionado por alguna infección transmitida por el verraco, cuando se hace servicio por monta puede terminar en un caso de Pielonefritis y que a su vez, se puede convertir en Endometritis, que trae como consecuencia la reabsorción de los embriones y la repetición de celo o bien que se desarrolle la gestación, pero con un número pequeño de lechones al parto.

Tabla 3. Procedencia de las cerdas con descargas vaginales (dv) en los diferentes grupos.

Causas-de-las-descargas-vaginales-de-las-cerdas-en-maternidad-Razas-Porcinas

Aunque no fue objetivo de nuestro trabajo definir el origen de estas descargas, si coincidimos que existen numerosos factores, que en un futuro pudieran ser estudiados, tomando en consideración lo planteado por Ferrer (2000) que los errores de manejo o deficiencias higiénico sanitarias pueden ser muchos y muy variados o existir un complejo de factores diversos que actúan sobre el organismo animal rompiéndose el equilibrio de éste con el ambiente exterior. El rompimiento de éste equilibrio, condiciona la aparición y desarrollo de la enfermedad que conceptualmente es el rompimiento del equilibrio entre el organismo y el ambiente.

En la tabla 4 puede observarse las cerdas que repitieron en los diferentes grupos, sin descargas vaginales y con descargas vaginales.

Tabla 4. Cerdas que repitieron en los diferentes grupos, sin descargas vaginales (dv) y con descargas vaginales (dv).

*** P< 0,001
Como puede observarse, encontramos una diferencia significativa (P< 0,001). El mayor número de cerdas que repiten son las que son inseminadas con descargas vaginales. Aspecto que compartimos con Dial (1994) quien señala que fuera de la descarga vaginal, el cuadro clínico general de las cerdas afectadas se caracteriza por repeticiones de celos a intervalos regulares o irregulares, infertilidad y en ocasiones puede ocurrir aborto.

Coincidimos con Riopérez y Martinez (2006) quien plantea que en el Síndrome de cerda sucia
hay persistencia en la repetición del celo de algunas hembras cubiertas e inseminadas que se daban por gestantes y aparecen a los 21–23 días como negativas a la ecografía (problemas de implantación de embriones) o se agrava la situación con repeticiones a los 25-36 días del último celo (reabsorción y mortalidad embrionaria) o a partir de los 38-45 días (mortalidad fetal, momificación, aborto). (García 2006) señala que después que la cerda ha sido servida y dentro de los primeros 21 días, es muy común observar la presencia de exudado mucopurulento en la vulva, ocasionado por alguna infección transmitida por el verraco, cuando se hace servicio por monta puede terminar en un caso de Pielonefritis y que a su vez, se puede convertir en Endometritis, que trae como consecuencia la reabsorción de los embriones y la repetición de celo o bien que se desarrolle la gestación, pero con un número pequeño de lechones al parto.

En nuestro trabajo el resultado del examen bacteriológico (ver Tabla No. 5) mostró que el principal agente presente en hembras con descargas vaginales fue la E. coli, a tal respecto Jeannette (2006) asegura que as enfermedades bacterianas del tracto reproductivo pueden resultar en falla en la concepción y/o muerte embrionaria. Las bacterias penetran al útero durante el estro y la monta debido a que el cervix se relaja en ese momento. El aumento de la tasa de repeticiones puede ser la única indicación de que existe un problema. Los intervalos de retorno a celo pueden ser normales o prolongados. La inflamación del endometrio no es compatible con la supervivencia de los embriones por lo que la preñez se terminará. Estos animales son con frecuencia clínicamente normales o pueden presentar una fiebre baja. Se puede observar una ligera descarga vaginal en el próximo celo. Las lechonas que viven en condiciones de sobrepoblación pueden desarrollar endometritis. La vaginitis también produce descargas vaginales. La fertilidad puede no verse afectada, a menos que las bacterias penetren en el útero durante el servicio.

Tabla 5. Muestreo de bacteriología en las cerdas.

EtiológicoNº Cerdas%Repitieron
Streptococus2202
Klebsiella1101
E. coli5502
No útil2200
Total10505

Conclusiones y Recomendaciones

El mayor porciento de repeticiones al servicio de inseminación encontrado, es cuando las hembras son inseminadas con presencia de descarga vaginal.

No podemos concluir, si la presencia de descargas vaginales son principalmente procedentes del área de maternidad o del área de vacía.

El principal agente aislado en cerdas con descargas vaginales es la E. coli.

Recomendamos, no inseminar las hembras con descargas vaginales y continuar estudiando estos aspectos ya que resultan de interés económico, principalmente las repeticiones al servicio.

Fuente: R. Alonso, J. Pereira, Y. Vélez, Dania Faradau, M. Cama – UNAH & Razas Porcinas.


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