Necesidades nutritivas de los cerdos según genética y edad productiva

Las necesidades nutritivas de los cerdos varían en función de sus características genéticas y a lo largo de su vida productiva. Es esencial una buena caracterización de la expresión del potencial genético de los animales, así como de la composición del pienso, para establecer con precisión las necesidades nutritivas. Los autores de este artículo analizan los distintos sistemas de alimentación que pueden usarse para garantizar un aporte óptimo de nutrientes.

Las características genéticas de los cerdos han cambiado considerablemente a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado y es previsible que sigan cambiando en el nuevo milenio en respuesta a los cambios en las necesidades del sector. Si bien en un principio la selección genética estaba basada sobre criterios productivos como la obtención de animales con crecimiento y eficiencia máximos, posteriormente han predominado criterios de calidad como el espesor del tocino dorsal o calidad de la carne. En la actualidad aspectos como el bienestar animal (por ejemplo resistencia a enfermedades) están adquiriendo relevancia. Dicha evolución en las características genéticas de los animales va acompañada de cambios en los requerimientos nutritivos. Por ello es esencial una buena caracterización del potencial genético para poder establecer los requerimientos nutritivos y adoptar pautas de alimentación óptimas para obtener la máxima eficiencia de acuerdo a los objetivos establecidos, ya sean económicos, de calidad o medio ambientales.

Caracterización del potencial genético porcino

Los requerimientos nutricionales de un cerdo en crecimiento se establecen a partir de tres componentes principales: (1) la deposición proteica, (2) la deposición lipídica y (3) la ingestión voluntaria de energía. Cada uno de estos componentes se caracteriza por un valor medio y por su evolución con el peso vivo o edad del animal.

Esta caracterización puede realizarse bien indirectamente mediante el uso de ecuaciones pre-establecidas que se complementan con información obtenida en el matadero (NRC, 1998), o bien directamente a partir de datos obtenidos sobre los animales que queramos caracterizar.

Caracterización indirecta

Se puede realizar una estimación de la deposición proteica media de un animal a partir del % de magro de la canal obtenida en el matadero. Según el NRC (1998), la deposición de tejido magro durante un periodo determinado puede estimarse a partir de los contenidos de magro de la canal al inicio (estimado a partir del peso vivo inicial) y al final de dicho periodo (estimado a partir del % de magro y el peso final). La deposición de magro se transforma a deposición de proteína dividiendo por un factor de 2.55. La evolución de la deposición de proteína con el peso del animal se estima a partir de la deposición media de acuerdo a una ecuación pre-establecida (Figura 1).

Figura 1. Evolución de la deposición de proteína para cerdos con diferente potencial genético según NRC, (1998).

Igualmente el NRC (1998) proporciona ecuaciones similares para calcular el consumo de energía (pienso) a partir del peso vivo y sexo del animal (Figura 2).

Figura 2. Evolución del consumo de energía digestible para cerdos. Estimación media o en función del sexo (castrados o hembras) según NRC, (1998).

Evolucion-del-consumo-de-energia-digestible-para-cerdos-segun-sexo-Razas-Porcinas

La determinación indirecta del potencial genético presenta el inconveniente de que se asumen patrones de deposición proteica y de consumo determinados, los cuales pueden ser muy distintos entre animales de distinto genotipo o sexo, que además varían en función de la granja donde se apliquen. En el caso de utilizar las ecuaciones americanas (NRC 1998), esto es particularmente importante debido a las diferencias entre los genotipos americanos y europeos (Tabla 1). En la medida de lo posible, es recomendable disponer de patrones propios, ya que la utilización de patrones pre-establecidos podría acarrear errores substanciales de caracterización de los genotipos (Figura 3).

Tabla 1. Diferencias de productividad entre cruzes terminales europeos y norteamericanos. (Schinckel, 1999).

Ganancia de peso (g/d)

 

Consumo de pienso (kg/d)

 

Indice de conversión
Grasa dorsal (cm)
Crecimiento magro (g/d)
Crecimiento graso
(g/d)
Castrados
Europa
957
2.19
2.30
2.05
345
236
USA
975
2.46
2.54
3.15
304
313
Hembras
Europa
875
1.99

2.27

1.57
327
172
USA
939
2.38
2.52
2.85
304
254
Global
Europa
916
2.09
2.28
1.81
336
204
USA
957
2.42
2.53
3.00
304
286
Diferencia
41
0.33
-0.25
1.19
32
82
Dif. (%USA)
-4.3
-13.7
-9.9

-39.7

+10.5
-28.7

Figura 3. Evolución de la deposición de proteína de un animal de genotipo europeo determinada directamente o estimada a partir del modelo del NRC, (1998).

Caracterización directa

La caracterización directa de un genotipo concreto puede realizarse en condiciones experimentales o en condiciones de campo. En ambos casos debe administrarse a los animales un pienso denso en nutrientes para que no limite la expresión de su potencial genético. Los resultados obtenidos en estación experimental, con condiciones óptimas de alojamiento, estado sanitario etc., se aproximarán al potencial máximo de dicho genotipo. Sin embargo, en condiciones de campo este potencial no acostumbra a manifestarse en su totalidad ya que las condiciones de alojamiento, densidad, estado sanitario etc. de la granja van a limitarlo en mayor o menor medida. Es por ello que la caracterización en ambas situaciones es recomendable para conocer el potencial máximo de nuestros animales así como la situación real de cada granja.

Por razones obvias, la caracterización en estación experimental es más precisa debido a que se dispone de medios y procedimientos más adecuados (control individual de crecimiento, control individual y diario del consumo con sistemas automáticos de control alimentario, análisis de composición corporal con ultrasonidos, sacrificios seriados y análisis directo de composición en proteína y lípidos de los animales, etc.). En dichos centros, sin embargo, no se pueden reproducir las condiciones (manejo, densidad, ventilación y estado sanitario) que ocurren en la realidad, por lo que también deben realizarse estudios de campo en las granjas de interés.

En condiciones de granja, los controles son más difíciles de realizar y deben simplificarse y en la medida de lo posible adecuarse a las instalaciones. En granja la composición media de proteína y grasa de los animales puede estimarse a partir de datos previamente obtenidos en el matadero con animales de características similares, y su evolución puede estimarse in vivo con aparatos de ultrasonidos portátiles. Una opción sencilla para estimar el consumo de pienso es seleccionar un par de corrales de cada sexo con animales de peso homogéneo y controlar estrechamente su peso y su consumo de pienso durante tres periodos de 2 semanas repartidos a lo largo del engorde (por ejemplo a los 35, 70 y 90 kg de peso vivo). A partir de las observaciones obtenidas se podrá ajustar fácilmente la curva de consumo de los animales en cada situación particular.

Definción de los requerimientos nutritivos

Una vez determinada la expresión del potencial genético de un cerdo (de sexo, genotipo y ambiente determinados) se pueden establecer sus requerimientos nutritivos a lo largo del periodo de engorde de acuerdo a los objetivos de producción deseados. Los requerimientos diarios de aminoácidos y energía podrán ser estimados mediante una aproximación factorial a partir del peso vivo del animal y de su deposición de proteína y de grasa (Torrallardona, 1999).

Las necesidades pueden expresarse en términos de gramos por día o de porcentaje en el pienso. Para poder expresar las necesidades en gramos por día es necesario conocer el peso del animal, la cantidad de proteína depositada y la mínima relación grasa ¸ proteína que depositará el animal. Las necesidades de energía y proteína para mantenimiento vendrán determinadas por el peso del animal. Las necesidades de aminoácidos para crecimiento dependerán de deposición de proteína y las de energía de la deposición de grasa y la deposición proteica. La suma de los valores obtenidos para mantenimiento y crecimiento nos van a definir los requerimientos de aminoácidos y energía diarios a lo largo del engorde. En el caso de alimentar los animales a voluntad no se podrá establecer un control sobre el consumo de energía, con lo cual la concentración de aminoácidos en el pienso deberá ajustarse de acuerdo al consumo de pienso previsto con el fin de satisfacer las necesidades diarias de aminoácidos (Tabla 2).

Tabla 2. Estimación indirecta o determinación directa en estación experimental de las necesidades diarias de lisina digestible ileal estandarizada, del consumo de pienso (3200 kcal EM/kg) y del requerimiento de lisina en pienso para un genotipo europeo.

Peso vivo de los animales (kg)
Tipo de determinación
25
45
65
85
105
Indirecta (NRC, 1998)
Necesidades Lys Dig. (g/d)
15.9
18.8
19.6
19.1
17.7
Consumo pienso (kg/d)
1.54
2.28
2.81
3.16
3.39
Lys Dig. Estand. (% pienso)
1.03
0.82
0.70
0.60
0.52
Directa (IRTA-CCP)
Necesidades Lys Dig. (g/d)
13.1
17.6
20.1
20.6
19.1
Consumo pienso (kg/d)
1.09
1.82
2.40
2.81

3.06

Lys Dig. Estand. (% pienso)
1.21
0.97
0.84
0.73
0.62

Precisión en la valoración nutritiva del pienso

De nada serviría una determinación precisa de los requerimientos de los cerdos que vamos a engordar si no conocemos el valor nutritivo del pienso que vamos a utilizar para alimentarlos.

Tradicionalmente la formulación del pienso se ha realizado basándose en la composición nutritiva de las materias primas obtenida a partir de valores de tablas (NRC, 1998; FEDNA, 1999; Amipig, 2000). Los valores de las tablas indican los valores medios de las determinaciones realizadas sobre un número variable de muestras de cada ingrediente.

Determinados ingredientes y/o nutrientes pueden presentar una elevada variabilidad la cual conlleva una disminución de la precisión en la valoración nutritiva y resulta en la aplicación de márgenes de seguridad amplios si se quiere garantizar un aporte mínimo de nutrientes. Otras veces la cantidad de muestras utilizada para la elaboración de las tablas es reducida por lo que dichos valores deberían utilizarse con precaución. Por todo ello sería recomendable analizar las principales materias primas de un pienso antes de que éstos sean utilizados en la formulación. Sin embargo, los métodos analíticos convencionales no son lo suficientemente ágiles y rápidos para que esto se pueda realizar en la práctica. En este sentido la utilización de la técnica NIRS presenta un gran potencial, ya que en cuestión de segundos es capaz estimar el contenido en nutrientes de una materia prima.

Estudios recientes en el IRTA han demostrado que dicha técnica permite incluso la estimación del contenido en proteína y aminoácidos digestibles ileales (Figura 4; Pujol, 2001). Según Simmins y van Kempen (1998) la mejor precisión obtenida con la aplicación de la metodología NIRS permitirá reducir los márgenes de seguridad aplicados en la formulación de piensos de forma substancial.

Figura 4. Relación entre el contenido en proteína digestible ileal de 20 muestras de cebada determinado in vivo (cerdos con anastomosis ileo-rectal) y con la técnica NIRS (Pujol, 2001).

Sistemas de alimentación óptima por fases

La necesidad de realizar cambios continuos en la composición del pienso para poder ajustarse a la evolución de las necesidades de un genotipo, crea un problema logístico añadido para el cual existen algunas soluciones, cuya idoneidad dependerá de cada situación en concreto.

Alimentación por fases

La alimentación por fases consiste en la utilización del máximo número de piensos posible, de composición nutritiva variable, a lo largo del engorde de los animales. El número de piensos dependerá de la cantidad de silos de que disponga la granja, de su capacidad y de la relación con el número de animales a engordar. La composición del pienso se podrá modificar cada vez que el silo deba ser llenado, y en consecuencia el número máximo de fases dependerá de la frecuencia de llenado de los silos. Cuanto mayor sea el número de piensos utilizado, mejor se ajustaran a los requerimientos de los animales, se minimizarán los aportes de nutrientes en exceso y disminuirá la contaminación medioambiental. Pomar (1999), estimó que en función del número de fases adicionales, la excreción de nitrógeno en cerdos de engorde (20-100 kg) puede reducirse, entre un 20 y un 42 % respecto a la alimentación estándar con dos fases.

“Choice feeding”

Si un cambio frecuente en la composición del pienso no es posible, una alternativa interesante es la llamada “choice feeding”, que se basa en la teoría de que un cerdo es capaz de diferenciar dos piensos en función de su valor nutritivo y de que además es capaz de escoger la proporción de cada uno de ellos que resulte en un valor nutritivo que corresponda a sus necesidades. De esta manera si un cerdo dispone de un pienso deficiente y uno con exceso de nutrientes, el animal podrá ajustar continuamente las proporciones de cada uno de ellos en función de sus necesidades.

Kiriazakis y cols.(1990, 1993) han obtenido resultados alentadores en este sentido ya que han observado que los cerdos son capaces de equilibrar su consumo de proteína a partir de una dieta con exceso y una dieta con deficiencia de proteína respectivamente. Además dichos autores observaron que la cantidad relativa de proteína consumida disminuía con la edad de los animales ajustándose así a la disminución de sus requerimientos.

Otros autores, sin embargo no han obtenido resultados tan satisfactorios y ello se debió probablemente a las estrictas condiciones requeridas por un diseño experimental de este tipo (Rose y Fuller, 1995). Parece ser que este sistema requiere un periodo de entrenamiento de 1 o 2 semanas durante el cual los piensos sean ofrecidos individualmente y se alternen diariamente. Otra dificultad es que los piensos alternativos deben ser prácticamente idénticos (excepto por su valor nutritivo), puesto que diferencias en palatabilidad, contenido en factores antinutritivos etc. podrían afectar las cantidades consumidas. Por último se requieren unas instalaciones adecuadas con el fin de asegurar que todos los animales dispongan de acceso libre y continuo a ambos piensos.

Pese a la demostrada capacidad de los cerdos para escoger un pienso equilibrado, la aplicación práctica de este sistema es arriesgada debido a la falta de soluciones para controlar los factores que pueden afectarlo.

Alimentación multifase (mezclas de 2-3 piensos)

Por último otra alternativa es la alimentación multifase, que consiste en alimentar a los animales con una mezcla con proporciones variables de 2 o 3 piensos de composición diferenciada. La composición nutritiva del pienso se modifica de forma continua a lo largo del engorde mediante variaciones en la proporción de cada uno de los piensos.

El principio es el mismo que en el choice feeding pero su aplicación es mucho más sencilla ya que es el granjero (y no el animal) quien controla las proporciones de los piensos y así se superan la mayoría de limitaciones del choice feeding. Por otro lado este sistema debe de aplicarse sobre grupos de animales homogéneos (genética, sexo, peso, etc.) ya que la adecuación en la composición del pienso se realiza para un grupo de animales y no de forma individualizada.

En el mercado existen sistemas automáticos de alimentación multifase tanto para aplicación de alimentación líquida como para alimentación en seco. Con dichos sistemas se puede establecer un programa de alimentación específico para cada uno de los corrales de la granja de forma que cada grupo de animales recibe un pienso de composición ajustada a sus características y requerimientos.

Una ventaja adicional de este sistema es que permite practicar la alimentación restringida, con lo cual podemos ejercer un control preciso sobre el consumo diario de energía y de aminoácidos, modificándolo inmediatamente en función de la respuesta de los animales o de los objetivos productivos que se pretendan.

Conclusión

Las necesidades nutritivas de los cerdos varían en función de sus características genéticas y a lo largo de su vida productiva. Es esencial una buena caracterización de la expresión del potencial genético de los animales para establecer con precisión sus necesidades nutritivas. Para garantizar un aporte óptimo de nutrientes, la concentración de éstos en el pienso debe ajustarse de acuerdo al consumo esperado. En el caso particular de cerdos de engorde, la concentración de nutrientes en el pienso debe disminuir paulatinamente con el peso. Para ello es necesario un conocimiento preciso de la composición del pienso, el cual sólo se obtiene si se dispone de medios ágiles de valoración nutritiva de las materias primas que se van a utilizar para su fabricación. En este sentido la tecnología NIRS presenta un potencial muy interesante. En última instancia, la precisión con la cual podremos alimentar a los animales dependerá del sistema de alimentación de que se disponga en la granja. Los sistemas de alimentación multifase presentan un gran interés por su flexibilidad y posibilidades de control.

Fuente: Magrama & Razas Porcinas.


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