Pododermatitis producida por Actinobacillus suis en lechones neonatos

La mayor parte de los procesos que afectan a lechones neonatos o lactantes son bien conocidos por los veterinarios y productores de porcino (Colibacilosis, gastroenteritis transmisible, diarrea epidémica, clostridiasis, rotavirosis, PRRS, Virus Aujezsky, deficiencia de hierro, hipoglucemia, meningitis estreptocócica, etc.), y en general suelen estar controlados o bajo vigilancia en las explotaciones, mediante la aplicación de medidas de manejo adecuadas, (adaptación de primerizas, inyecciones de hierro, control de temperaturas etc.) y vacunaciones sistemáticas.

Sin embargo, hay algunos patógenos poco frecuentes y emergentes que habitualmente no se tienen tan en cuenta y que pueden llegar a constituir un serio problema en determinadas explotaciones. Es el caso de Actinobacillus suis considerado como un patógeno emergente, sobre todo en granjas de alto nivel sanitario (Miniats et al 1989) por lo que se está profundizando en su estudio en USA, Canadá y Australia entre otros países.

Actinobacillus suis es una pequeña bacteria gram negativa, emparentada con Actinobacillus pleuropneumoniae, causante de la pleuroneumonía porcina y con Haemophilus parasuis, que produce la enfermedad de Glasser. A. suis se conoce como causante de septicemias y bajas súbitas en lechones neonatos, endocarditis y neumonía necrotizante en animales de engorde y se le relaciona con necrosis en punta de orejas y cola secundarias a alteraciones cardiacas. Últimamente se están observando otras manifestaciones clínicas como la formación de abscesos subcutáneos e internos en adultos, artritis y meningitis (Shokouhi et al. 1997). Se le considera causante del síndrome dermatitis-nefropatía porcina.

En nuestro laboratorio hemos aislado este microorganismo en hisopos de descargas vaginales de cerdas diagnosticadas como “cerda sucia”, en procesos neumónicos en animales lactantes y de engorde y en lesiones articulares y periarticulares en neonatos y lactantes.

Con el presente trabajo queremos mostrar gráficamente una de estas formas clínicas menos frecuentes de A. suis, que podríamos definir como pododermatitis infecciosa en neonatos o lactantes.

En la imagen se observan las extremidades posteriores de un porcino de unos 6-8 Kg con erosiones y lesiones cutáneas necrosadas y pérdida de parte de las pezuñas. También hay lesiones necróticas en la cola. Se ven afectadas las 4 extremidades con importante aumento de tamaño, con consistencia muy dura, inflamación y articulaciones dolorosas. El animal no puede deambular.

Las lesiones primarias se originan por traumatismos o abrasiones en la piel que se ven favorecidas en suelos de cemento y con suelos mojados que reblandecen la piel. Como el animal queda postrado, se ofrece de forma continua una amplia superficie para la penetración de A. suis y otros microorganismos oportunistas en las lesiones.

Detalle de las extremidades anteriores de un porcino con lesiones y erosiones cutáneas muy congestivas y en algunas zonas necrosadas.

Detalle de las extremidades posteriores del porcino. Obsérvese las lesiones necróticas en metacarpo y la inflamación y engrosamiento de la corona de la pezuña.

Extremidades posteriores de un porcino de unos 6-8 Kg con lesiones y erosiones cutáneas necrosadas. Al retirar la piel, en tejido subcutáneo encontramos abscesos purulentos con contenido pastoso, color blanco – verdoso y sin olor acusado. Sobre la corona de la pezuña, se observa una importante proliferación de tejido formando una cápsula fibrosa de gran consistencia alrededor de un absceso. En el análisis bacteriológico se aisló Actinobacillus suis en cultivo puro o junto a S. aureus y S. hyicus en diferentes abscesos de distintas extremidades.

Detalle de abscesos purulentos en tejido subcutáneo en la zona de la corona de las extremidades posteriores de un porcino. Obsérvese que los abscesos no involucran a la articulación sino que se sitúan en el tejido subcutáneo

En la articulación no se observan abscesos purulentos en la articulación aunque sí hay una importante proliferación de tejido conjuntivo que forma una cápsula endurecida alrededor de la articulación. Hay un moderado acumulo de liquido sinovial y algo de edema.

Sobre Actinobacillus suis

Etiología

Actinobacillus suis. Bacteria gram negativa. Sin requerimientos especiales para su aislamiento y cultivo. Sensible a gran cantidad de antibióticos.

Reservorios

Cerdos adultos. Se elimina principalmente por vía respiratoria, también por descargas vaginales (son relativamente frecuentes abscesos purulentos en matriz originando un falso diagnóstico de metritis) y por lesiones cutáneas infectadas (abscesos). Transmisión vertical.

Vía de entrada

Inhalación y contacto en zonas de piel con abrasiones o heridas. Durante la gestación se infecta el neonato y queda un foco purulento en la cara interna del ombligo.

Cuadros clínicos

En lactantes: Septicemias y bajas súbitas (a veces se atribuyen a aplastamientos). Neumonía, necrosis de orejas y rabo. Lesiones necróticas en piel. Articulaciones hinchadas.

En cebo: Áreas cutáneas enrojecidas. Neumonía.

En Adultos: Áreas cutáneas enrojecidas. Neumonía. Abscesos internos en riñón, bazo, útero etc.

Diagnóstico

Directo, por aislamiento e identificación de la bacteria a partir de órganos o abscesos.

Indirecto no es viable en la práctica ya que no hay comercializados tests serológicos para su detección. Reacciones cruzadas en serología con Actinobacilus pleuropneumoniae.

Animales susceptibles

Todas las razas son susceptibles. Aunque los animales de cualquier edad se pueden infectar, afecta más a animales neonatos o jóvenes, siendo en general los adultos asintomáticos. Se asocia esta enfermedad a granjas con alto nivel sanitario, aunque Fenwick (1997) apunta que es el sistema de manejo con destetes precoces y crianza en sitios separados lo que posibilita que las hembras de reposición no tengan anticuerpos frente a A. suis, y los lechones nazcan desprotegidos.

Tratamiento

A. suis es sensible a gran cantidad de antibióticos pero solo se ha comprobado que es eficaz un tratamiento muy precoz con antibióticos inyectados. No se dispone de datos respecto a la eficacia de tratamientos en agua o pienso. Por otra parte la mayor parte de las bajas se producen en animales neonatos o lactantes que consumen muy poco o nada de agua/pienso.

Prevención

Al ser una patología esporádica, posiblemente no merece la pena instaurar medidas profilácticas en todas las granjas pero sí en las explotaciones con problemas. No existen vacunas comerciales por lo que se recomienda el uso de autovacunas (Yager et al. 1995) en hembras gestantes.

Bibliografía

Fenwick, B. 1997 An Overview of Actinobacillus suis as an Emerging Disease. Proceedings of AASP 27th Annual Meeting
Miniats, O.P.; Spinato, M.T.; and Sandford, S.E. 1989. Actinobacillus suis septicemia in mature swine: Two outbreaks resembling erysipelas. Can Vet J 30:943-947
Shoukouhi, V.; Boix, E.G.; Vasserot, E.A. 1997 Nuevo perfil de Actinobacillus suis. Revisión e informe. Anaporc nº 172: 66-74
Yager, M.J. 1995 Clinical and pathological aspects of Actinobacillus suis. Proceedings of AASP 27th Annual Meeting

Fuente: Elena Gracia – Exopol S.L. & Razas Porcinas.


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