Síntomas y Tratamiento de las Enfermedades en las Cerdas

Muchas de las enfermedades porcinas saltan fácilmente a la vista, pero es imprescindible que el criador conozca en sus primeras manifestaciones los rasgos determinantes de cada una de ellas, a fin de tomar las previsiones del caso evitando así el progreso del mal, que en muchos casos llega a ser contagioso, haciendo peligrar toda la explotación. En las Madres:

1) Aborto:

Diversas causas pueden contribuir al nacimiento prematuro del feto, como por golpes, enfriamientos, gérmenes infecciosos, alimentación fermentada, etc., y su inminencia se manifiesta por una expulsión de materia viscosa, mucus sanguinolento, restos de membranas, además de una tumefacción de los labios vulvares.

Se debe prevenir este mal extremando cuidados que eviten los enfriamientos excesivos de las madres, la vigilancia de su alimentación, evitar que se golpeen, reparos y aislamiento, como también aplicar la vacunación contra el aborto epizoótico.

2) Canibalismo:

Es un hábito tan malo que impele a la madre a comerse sus crías inmediatamente después de nacidas proviene casi siempre de una falta de elementos necesarios en su alimentación, por lo cual hay que darles de comer materias animales, es decir, suero de leche, hueso molido y harina de carne.

Cuando este hábito se haya posesionado de una cerda, es conveniente eliminarla del criadero.

3) Diarrea:

Cuando las descargas intestinales son acuosas, muy frecuentes y poco abundantes, puede ser porque la marrana ha estado excesivamente gorda cuando amamantaba los lechones.

Cuando sus aumentos son demasiado ricos en proteínas, o cuando su aumentación ha sido cambiada bruscamente.

También pueden ser la causa los comederos sucios y los chiqueros contaminados o húmedos en exceso. Estas causas son las que deben eliminarse inmediatamente para controlar la enfermedad, pudiéndose suministrar además agua de cal, que es un excelente correctivo.

4) Infamación del útero:

Esta inflamación puede ser causada por la retención de los fetos o su descomposición; también por una mala asistencia durante la parición. Se nota por pérdida de apetito del animal, depresión, vómitos de mal olor. debilidad muscular y la vulva hinchada.

Hay que obligar a las cerdas preñadas a realizar ejercicios, no sobre alimentarlas, darles parideras limpias y secas, y al manipular los partos, evitar los desgarramientos de los tejidos para que no se produzcan infecciones en el útero.

Fuente: Razas Porcinas.


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