La influencia de la nutrición de la cerda sobre su eficacia reproductiva
Si bien el 70% de los casos en los que nos encontramos con problemas reproductivos en una explotación porcina estos tienen origen infeccioso, hay un apreciable porcentaje en los que es una incorrecta alimentación la que desencadena la patología.
Muirhead, en una de las más extensas revisiones sobre la reproducción en porcino en lo referente a los problemas y la etiología de los mismos, identificaba dos grandes grupos de trastornos reproductivos en las cerdas y los agrupaba en los de origen infeccioso y no infeccioso. Sin duda, tendemos a asociar los problemas reproductivos a la patología infecciosa, y hoy sabemos que un porcentaje importante de los mismos no tienen origen infeccioso, aunque así sea al menos en el 70% de los casos.
De la misma manera, George Foxcroft hace hincapié en muchos trabajos, como uno de los máximos exponentes en el mundo de la reproducción porcina, en que una correcta nutrición de la cerda reproductora y el mantenimiento de su adecuada condición corporal guardan una relación lineal y directa con su eficacia reproductiva.
Es obvio que se identifican graves problemas reproductivos asociados a patologías infecciosas, pero no es menos cierto que en muchas de nuestras granjas no alcanzamos los objetivos de producción por penalizaciones de parámetros productivos derivados de problemas ambientales, de manejo y nutricionales.
Sobre este último apartado voy a basar la serie de trabajos que comienzo con éste, centrándome en todos aquellos factores ligados a la nutrición y alimentación de la cerda reproductora que de forma directa o indirecta nos dan lugar a trastornos reproductivos.
En la práctica de las granjas la presentación de dichos problemas reproductivos la podemos resumir en:
- Agudos, asociados a la aparición brusca de repeticiones, abortos, nacidos muertos, adelantamiento de parto.
- Crónicos, centrados en fertilidad y prolificidad subóptimas mantenidas en el tiempo. Es en este caso donde debemos buscar las causas que de forma latente nos provocan pérdidas económicas continuadas evitando caer en el “efecto Papillón”, que sería lo mismo que decir que su etiología no será simple.
Hay muchos más factores no infecciosos que infecciosos (víricos , bacterianos y parasitarios) responsables de trastornos reproductivos. Dentro de los primeros, la alimentación de la cerda reproductora desde el momento en que la seleccionamos para futura reproductora juega un papel esencial para obtener el mayor potencial reproductivo de la misma.
Así, la correcta definición tanto de la calidad y niveles nutricionales de los diferentes alimentos de las cerdas de renuevo, gestantes y lactantes, así como la cantidad suministrada de los mismos en cada una de las fases productivas (modeling reproductivo o curvas de alimentación) serán claves para el buen rendimiento de las mismas.
La interacción entre nutrición y reproducción es directa, de tal forma que la primera es una de las vías para optimizar los parámetros productivos de las cerdas.
Así, la alimentación de la cerda gestante tiene básicamente dos objetivos: el primero es proveer los nutrientes en la primera fase para recuperar las reservas corporales perdidas durante la fase de lactación, y el segundo es disponer los nutrientes para el mantenimiento de la gestación y soportar el crecimiento de los fetos. En la práctica, esto se traduce en el mantenimiento de una adecuada condición corporal de la cerda.
Fuente:Dr. Antonio Palomo Yagüe – Albéitar & Razas Porcinas.



