Valoración de la masa corporal: Nutrición vs. Reproducción en Cerdas
En la producción porcina toda interacción entre nutrición y reproducción es directa, de forma que la primera es una de las vías para optimizar los parámetros productivos de las cerdas.
Hay muchos más factores no infecciosos que infecciosos (víricos, bacterianos y parasitarios) responsables de trastornos reproductivos. Dentro de los primeros, la alimentación de la cerda reproductora desde el momento en que la seleccionamos para futura reproductora juega un papel esencial en obtener el mayor potencial reproductivo de la misma. Así, la correcta definición tanto de la calidad y niveles nutricionales de los diferentes alimentos de las cerditas de renuevo, gestantes y lactantes, como la cantidad suministrada de los mismos en cada una de las fases productivas (modeling reproductivo o curvas de alimentación) serán claves para el buen rendimiento de las hembras.
Bases de la reproducción porcina: nutrición
Durante los últimos 30 años las cerdas reproductoras han sido objeto de una importante mejora genética enfocada a la productividad, lo que no siempre tiene una correlación positiva con la fertilidad y longevidad de las mismas. Como principales focos evolutivos de las cerdas en estos años vamos a destacar:
- Aumento considerable de la prolificidad: tenemos tamaños de camada más elevados con un peso al nacimiento más limitado y una dispersión en el peso de los lechones más elevada, lo que condiciona su viabilidad. Esto determina sin duda una reflexión importante sobre los niveles de aminoácidos en la última fase de gestación de las cerdas con camadas que llegan a pesar 20 kilos, acumulando la mitad de su peso en último tercio de la misma. Así, la revisión de los niveles de consumo de alimento y de los nutrientes en la dieta deben ser bien definidos y perfilados en cada momento de producción.
- Cerdas más magras: disponen de mayor porcentaje de músculo y menor de grasa (se han perdido aproximadamente 30 mm de grasa en 30 años – 1 mm por año). Ello condiciona a que la primera inseminación se haya retrasado hasta los 8 meses de vida. Además, el riesgo asociado a la pérdida de peso en lactación parcialmente de músculo nos determina mayor riesgo de alteraciones hormonales y, por lo tanto, de salida a celo, fertilidad y prolificidad a siguiente parto. Recordemos que desde el punto de vista nutricional una cerda reproductora después del destete necesita cuatro veces más de alimento para recuperar un kilo de músculo que un kilo de grasa (catabolismo proteico). Por lo tanto, estaremos en un déficit económico doble por aumento en el consumo de alimento y pérdida de productividad. Quiero recordar aquí la interacción entre el metabolismo proteico y lipídico con el balance hormonal (las hormonas son proteínas), necesario para una ciclicidad reproductiva adecuada.
- Crecimiento entre ciclos productivos (partos) superior, de tal forma que antes las cerdas dejaban de crecer sobre el tercer parto, y hoy continúan creciendo hasta prácticamente el momento de ir al matadero. Ello conlleva conocer y adaptar adecuadamente los niveles de alimento y nutrientes no sólo en cada fase de producción, sino también en cada ciclo reproductivo. De todos son conocidas las diferencias en las necesidades nutricionales entre cerdas primerizas y multíparas. De esta forma tendremos en cuenta las necesidades de mantenimiento y producción (que incluyen las de crecimiento) para ajustar nuestros programas de alimentación.
- Variaciones en las necesidades reales entre diferentes líneas genéticas: entre cerdas Large White, Landrace, Duroc o Ibérica, sabemos que tanto su capacidad de consumo como sus necesidades son ligera o totalmente diferentes, tanto en cantidad de alimento (20-30 %) como en cantidad de nutrientes (hasta el 50 %), por lo que es esencial adaptar nuestros programas de alimentación a las necesidades reales de cada genética.
La interacción entre nutrición y reproducción es directa, de forma que la primera es una de las vías para optimizar los parámetros productivos de las cerdas. Así, la alimentación de la cerda gestante tiene básicamente dos objetivos: el primero es proveer los nutrientes en la primera fase para recuperar las reservas corporales perdidas durante la fase de lactación y el segundo es disponer los nutrientes para el mantenimiento de la gestación y soportar el crecimiento de los fetos. En la práctica, esto se traduce en el mantenimiento de una adecuada condición corporal de la cerda.
Condición corporal en las cerdas reproductoras
Son innumerables los trabajos que demuestran la relación estricta entre la correcta alimentación de la cerda y su productividad. Dicho en otros términos, trabajar en una adecuada condición corporal de las cerdas del efectivo reproductor será una garantía de buenos resultados.
La determinación de la condición corporal de las cerdas por métodos directos (ecografías, peso de las cerdas, medida de perímetro…) o indirectos (clasificación de 1 a 5 – delgadas o gordas) es algo que debemos hacer inexorablemente en nuestras granjas como primera medida de una buena calidad y distribución del alimento a las mismas. Lo que es tan sencillo de reflejar sobre el papel, que es la relación directa entre una buena condición corporal del efectivo y su rendimiento reproductivo (mejor fertilidad, prolificidad y longevidad), en la práctica de muchas granjas se nos hace altamente complicado, bien por la incorrecta formulación de los alimento para la genética, ambiente y sanidad en cuestión; bien por los sistemas de manejo y suministro de cada uno de los alimentos en los tiempos y cantidades necesarias.
Sin duda que en este apartado tanto el diseño de la dieta como el manejo de los alimentos, muy condicionado por el sistema de alimentación del que dispongamos, serán claves para obtener esa condición corporal deseada. Y añadiría, más aún es importante que la condición corporal sea homogénea, que no dispersa, lo que sin duda nos repercutirá sobre los parámetros reproductivos asociados.
Fuente: Albéitar & Razas Porcinas.